“The
shortest way to your self is around the world”
Richard
Hoffman
“El
viajero quizás no viaje mejor, pero sin duda vive más intensamente”
Eu
estou em São Paulo, Brasil
Julio
4. Cerramos la casa, todo empacado, todo guardado. Con nuestras
sendas maletas de máximo 14 kilos fuimos a recoger en el puente
peatonal del Tiempo sobre la 26, a Liuba que como siempre, la más
linda y firme de todas, la más mamá y la que nos lleva siempre
cariñosamente al aeropuerto. Nuestra primera vez en el renovado El
Dorado, viaje internacional a Panamá. De vuelta al mundo. La número
dos ;)
Inmediatamente
hecho el check-in y después de una breve pesquisa nos dirigimos a la
sala VIP, privilegio otorgado por la tarjeta de crédito de Sergio,
en donde nos encerramos a comer cositas ricas, a tomar whisky y
sobretodo a internetear a cuatro manos. Es raro, ya se que soy algo
adicta al internet, pero durante el viaje esto cobra aun más
relevancia, es para mí un gran apego y cada vez más para Sergio, el
cordón umbilical que me conecta con mi gente.
Afortunadamente
en el VIP había lechuga. Porque en lugares como este es donde gané
varios kilos de más en el viaje pasado, me generan en la mente una
actitud de que toca aprovechar al máximo el papayaso que te están
dando. Que debes sacarle a Visa o a MasterCard todo lo que puedas. La
revancha. Así que me comí una buena tonelada de lechugas y Sergio
sus buenos whiskys. Menos mal también había Whisky porque si no a
punta de lechuga no les hubiéramos sacado nada. Eso pensé. Los del
VIP quedan como unos príncipes poniendo lechugas de todos los verdes
un poquito de aceite de oliva y balsámico y les sale re-barato.
El
primer vuelo fue a Ciudad de Panamá, al aeropuerto de Tucumán, en
donde el avión aterrizó retrasadísimo debido a que en Bogotá nos
tuvieron encerrados largo rato antes de darnos pista entonces al
llegar tuvimos que correr rápidamente para alcanzar el vuelo de
conexión a Sao Paulo.
Al
parecer nos estaban esperando, porque apenas
llegamos cerraron la puerta y el avión
despegó de una.
Como no iba tan lleno logramos apropiarnos
cada uno su buena fila de
tres asientos,
así que el viaje se hizo corto, además
vimos, cada uno
por su lado, la misma película, una
excelente A
Late Quartet. Que
me hizo reflexionar acerca de la vida, de
madurar, de envejecer,
de construir quehaceres, del
amor, de las relaciones.
De la obra y
de la vida.
Julio
5. Llegamos a Sao Paulo 3:30 de la madrugada bien dormidos y llenos
de ilusión y no estaban nuestras maletas. Lo intuí o lo creé?
Dormimos
hasta las 11 y Ramon bello nos tenía desayuno bello también
Paseo
corto por el barrio.
Almuerzo
de barrio también, bus al centro metro a la Av Paulista.
Julio
6. Mala en Brasil significa maleta y tan de malas que nos llegaron
dos días después de nosotros. Sao Paulo casa de Ramón, como en
casa. Sergio y yo salimos como a las 10 am a comprar cosas para el
desayuno. Huevos, tomate, champiñón, melón, fresas para jugo.
Delicioso. Tomamos pan y café también. Luego fui con Ramón a
buscar el microchip/simcard para tener internet en el ipad pero fue
imposible. El también tiene que hacer una vuelta en el banco,
caminamos como por dos horas. Delicioso paseo. Al trote y conversando
sin parar. El cielo azul inmaculado ninguna nube nos hacía sombra.
El tiempo detenido. Llegando a la portería yo digo que ojalá nos
reciban con buenos noticias. Y la buenas eran que ahí mismito
estaban las “malas”. ¡Qué dicha! El señor mensajero de Copa
esperaba la firma y yo llegué a dar mi autógrafo. Con las vueltas
cumplidas y las maletas ya con nosotros nos fuimos para Cambury.
Paraíso. Aparece Vera y toda su familia de perros y gatos. Nueve la
conforman. Paz y armonía para siempre a este hogar.
Paseo
a “ La plaza de la mentira” Vuelta a la playa para fumar un porrito
que sin pedirlo me cayó del cielo. Acaraja y cachaza, charla, risa
y delicia. Caricias y cariños con los perros, sendos besos de buenas noches para los anfitriones.
Hasta mañana.
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